Nagoro es una pequeña aldea ubicada en el valle de Iya en la Isla de Shikoku. Desde un tiempo para acá tomó muchísima fama a nivel nacional e internacional, convirtiéndose en uno de los lugares turísticos preferidos por los viajeros.
¿La razón? Ahora Nagoro es un pueblo habitado por muñecos.
Hace unos 60 o 70 años, Nagoro dejó de considerarse como un buen lugar para vivir. Muchos de sus residentes decidieron partir hacia otras latitudes del país y probar su suerte fuera de la Aldea.
El desempleo, la muerte de habitantes y las escazas oportunidades de desarrollo, hicieron que irse de Nagoro fuera la opción de muchas familias.
Entre estas familias estaba la de Tsukimi Ayano, una mujer de Nagoro cuya familia decidió irse de la aldea cuando ella era una niña. Sin embargo, hace 14 años volvió a su antiguo hogar para cuidar a su padre enfermo, y lo que vio la sorprendió.
Nagoro estaba abandonado, era una aldea fantasma con pocas personas y un millón de recuerdos sobre lo que alguna vez fue un hogar. Llena de melancolía y con el pesar de encontrarse en un lugar casi deshabitado, se propuso como meta darle vida a su antiguo pueblo.
Fue así como ella se dijo a si misma que si los demás se iban de Nagoro, ella se encargaría de volver a poblarlo. Quería evitar que cayera en el más doloroso de los olvidos.
Para Tsukimi lo que más valor tenía en Nagoro eran las personas. Porque a fin de cuentas fueron los residentes quienes hicieron de la aldea un sitio especial para Tsukimi en su niñez.
¿Cómo solucionó Tsukimi la soledad en Nagoro? Creando muñecos a gran escala que adornaran el pueblo.
Puede sonar descabellado para muchos, porque la idea de poblar una aldea con un centenar de muñecos hechos a mano no es algo que se escuche o se contemple en la cotidianidad; pero para Tsukimi y para los pocos habitantes que aún quedan en Nagoro esta decisión tiene una alta carga emocional y significa muchísimo, en especial para los adultos mayores de la zona.
En el recorrido por la aldea los visitantes verán alrededor de unos 400 muñecos con tamaño real dispuestos estratégicamente por el lugar.
Algunos de estos muñecos están basados en personas reales que estuvieron en la aldea pero que se fueron a vivir a otros sitios, e incluso hay otros inspirados en locales ya fallecidos, de igual forma hay otros personajes que fueron inventados por Tsukimi.
El rumor sobre los nuevos pobladores de la aldea no se hizo esperar, y hoy en día Nagoro es una de las atracciones turísticas más visitadas en Japón. Después de todo, parece que Tsukimi cumplió su cometido de no dejar que Nagoro cayera en el olvido.

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