Japón es un país mundialmente conocido por su insistencia en el avance e introducción de nuevas herramientas tecnológicas. El desarrollo de proyectos cuya ingeniería se base en el esfuerzo de la investigación científica y el estudio de técnicas que marquen una diferencia, es uno de los principales objetivos de la industria electrónica en el país asiático.
Entre las mayores elaboraciones tecnológicas de Japón están los robots.
El país ha financiado distintos planes de ingeniería cuya meta era la elaboración de diferentes robots; algunos para uso doméstico que pueden ayudar en la limpieza del hogar, otros para uso comercial que atienden a los clientes y otros para fines recreativos.
Hace un tiempo hablábamos en este blog sobre la culminación de un robot gigante, que es capaz de moverse por sí mismo gracias a un programa de inteligencia artificial que le fue implantada.
Este robot fue diseñado como un entretenimiento para los juegos olímpicos de Tokyo en el 2021, pero aunque su fin sea para complementar una atracción, de igual manera sorprendió gratamente esa libertad de movimientos.
El énfasis en la libertad y la ilimitada acción es un factor sumamente atractivo para el público, porque implica un avance significativo en torno al diseño y a los mecanismos internos del robot. Pero lo más importante, es que conlleva facilidad y una experiencia más cómoda para el usuario.
Así que llevados por éxito del robot gigante para los juegos olímpicos de Tokyo, y el amor colectivo de la sociedad japonesa hacia los robots en general, un grupo de científicos ha desarrollado lo que parece ser una bandana inteligente que permite a los usuarios controlar los movimientos de un pequeño robot con sus pensamientos.
Aunque el robot siga moviéndose por voluntad del usuario y no por un programa de inteligencia artificial, el hecho de que esta bandana le aporte al usuario la misma comodidad e innovación de uso que aporta el robot de los juegos olímpicos, la convierte en un objeto muy comentado.
Cabe recalcar que los científicos son un grupo de investigadores pertenecientes a la empresa NeU, la Universidad de Tohoku y la Universidad de Hitachi.
Ahora, para el desarrollo de esta bandana, modificaron un pequeño robot usado como un juguete, es el modelo Zaku Gundam fabricado por la empresa Zeonic Technics de Bandai.
Este robot podía ser controlado por los usuarios gracias a una aplicación móvil, así que los investigadores programaron esta nueva versión para que sus movimientos sean el resultado de la actividad cerebral de los usuarios.
La diadema puede sincronizarse con el software del robot y envía las señales de actividad cerebral al procesador inalámbrico del juguete, lo que hace que en lugar de responder a la aplicación del teléfono, responda a los pensamientos de quién use la cinta.
Actualmente la bandana tiene 3 niveles en torno a la actividad cerebral, que corresponden a 3 movimientos del robot.
Sin lugar a dudas, con la creación de esta bandana no debería sorprendernos que en un futuro robots más grandes como el de los juegos olímpicos pudieran ser controlados con la mente.
Pero queremos saber tu opinión ¿Qué piensas de la idea?
