A principios de este año 2020 la humanidad comenzó con lo que en su momento parecía un caso transitorio, o algo que no sería tan relevante en nuestras vidas como sociedad; pero que a día de hoy es catalogado como una de las peores pandemias y emergencias sanitarias de historia: El COVID-19.
La pandemia del coronavirus ha desatado pánico y un inquietante temor a gran parte de la población; algo que no debe extrañarnos debido a su creciente evolución y ser considerado como una amenaza para el sistema sanitario de todos los países en el mundo.
Nuestra cotidianidad ha cambiado, y ahora estamos a merced de un inquietante desconocimiento medico.
Miles de laboratorios e institutos han reunido a los mejores expertos para intentar mitigar los daños colaterales que esta contagiosa enfermedad ha reproducido en un alto porcentaje de personajes.
No obstante, algunas investigaciones para la cura del COVID19 no han presentado los resultados deseados para todos, y aún se espera hallar una posible solución a la pandemia.
Esta situación de desesperanza ha ocasionado que por la falta de una vacuna empleada como cura, se manejen distintos métodos para la prevención de la enfermedad en la población, como por ejemplo: el distanciamiento social, el lavado continuo de las manos, el uso de mascarillas clínicas e incluso los protectores faciales.
Pero existe un problema ante esta última medida de prevención contra el nuevo virus del COVID19, ya que gracias a un reciente estudio realizado por los mejores científicos de la ciudad japonesa de Kobe, se demostró que el empleo de los protectores faciales es ineficaz contra el contagio del coronavirus.
El estudio fue ejecutado por un grupo de los científicos más cualificados del instituto de Riken, un centro de investigación que es respaldado y apoyado por el gobierno de la ciudad de Kobe.
Esta investigación pretendía esclarecer algunos mitos sobre la nueva enfermedad y ser una prueba piloto para la búsqueda de potenciales medicamentos que ayuden a frenar esta mortal enfermedad.
Las pruebas del estudio fueron realizadas por una simulación en la Fugaku, un proyecto de computadora en prueba creada por el instituto Riken, que quiere convertirse en un dispositivo medico para estudiar los efectos del COVID19 en el organismo humano.
Los resultados de esta simulación arrojaron que más de la mitad de las partículas arrojadas en el aire penetraron la careta facial, lo que lo vuelve un método ineficaz para prevenir el contagio del COVID19, ya que en si no impide la entrada de partículas en el organismo por medio del aire.
Los expertos recomiendan entonces el uso de las mascarillas con filtro (tanto si la persona usa caretas faciales o no) ya que son consideradas como las herramientas más seguras para el resguardo de la salud de las personas
En conclusión, el empleo de caretas faciales no basta para protegerse del virus, es de vital importancia usar las mascarillas y mantener un continuo y prolongado lavado.
