El terror es un estilo de narrativa que posee millones de fanáticos en todo el mundo, bien sea por la adrenalina ocasionada por el suspenso o la admiración hacia la creación de escenarios que corten la respiración de los espectadores; el terror es uno de los géneros de entretenimiento más buscados a la hora de obtener un producto con lo que divertirse.
En Japón, el terror posee una influencia muy marcada en sus producciones visuales y atracciones, con un amplio catalogo de películas, obras y parques temáticos caracterizados por erizar la piel y acelerar corazones en el público, el país tiene una obvia preferencia hacia estas experiencias y por supuesto un creciente favoritismo para todas aquellas obras, películas, juegos o atracciones que hagas del terror su foco principal.
El terror busca transportar a las personas a universos llenos de miedos, misterios y sucesos casi imposibles de creer; quiere explotar los temores colectivos jugando con la psique, haciendo que todos los espectadores se enfrenten directamente con aquello que les causa más pánico.
Sin embargo, debido a la situación mundial causada por la pandemia del COVID-19 a principios de este año, las producciones y proyectos que trabajan empleando el terror han tenido que cambiar sus políticas: Los parques de atracciones están cerrados, ahora se cuenta con autocines en lugar de las clásicas salas de cine, y el distanciamiento social se hace evidente y muy necesario para la protección de las personas.
Es por esta razón, que la empresa japonesa Kowagarasetai se dio la tarea de desarrollar un nuevo método de sacar tensiones y estar libre del estrés que el coronavirus ha desatado, ya que aún en tiempos de pandemia el terror sigue siendo un género muy solicitado y popular para la recreación de las personas (en especial para los japoneses)
Kowagarasetai se trata de una productora de eventos y shows en el país asiático, que como resultado de la devastadora crisis social, económica y sanitaria que hemos estados viviendo a lo largo del año 2020, tuvieron que cancelar muchos de sus espectáculos y funciones en Japón.
Ante esta crítica situación, crearon un show que se adapta a todas las medidas de prevención que el COVID19 ha traído a la nueva realidad.
Este evento consta de hacer vivir a los participantes una alucinante experiencia con el más vivo terror: Están encerrados en un ataúd con una parte transparente durante 15 minutos, y mientras pasa el tiempo son acosados por distintos fantasmas y zombies, que les cuentan historias de terror o intentan asustarlos lo más que puedan.
Es un cambio radical a la típica casa embrujada, pero el empleo del ataúd garantiza la distancia social requerida en los espectáculos y además les otorga a los consumidores un buen susto gracias a los actores disfrazados de seres espectrales.
Sin duda, es una buena alternativa para los amantes del terror por sólo 800 yenes.
Y tú ¿Te atreverías a participar en este escalofriante evento?
