El Consejo Estratégico para las Enfermedades Infecciosas, un panel de expertos presidido por el profesor de la Universidad Médica y Farmacéutica de Tōhoku, celebró el día 10 de febrero una rueda de prensa en la que presentó una serie de propuestas de urgencia para hacer frente al nuevo coronavirus.
Nuevas costumbres que nos protejan del contagio
Acerca del contagio por esta nueva forma de coronavirus que causa neumonía y otros problemas de salud, se están propagando informaciones que en algunos casos no son correctas y podrían causar confusión en la ciudadanía. A fin de atajar este problema, el Consejo Estratégico para las Enfermedades Infecciosas ha formulado una batería de propuestas con las que pretende difundir los conocimientos necesarios para que la ciudadanía adopte en su vida diaria nuevas costumbres que frenen el contagio. Se pretende que todos nos percatemos de la importancia de respetar estos siete puntos.
1) Precaución, pero sin caer en el pánico
Se advierten aquí y allá comportamientos no deseables, reacciones desproporcionadas a las informaciones difundidas por los medios. En el otro extremo, encontramos que no pocas personas muestran una indiferencia total hacia la amenaza. Debemos ser conscientes de que los contagios víricos pueden producirse en cualquier momento y lugar, y pertrecharnos de los conocimientos necesarios para actuar correctamente.
2) Conozcamos al enemigo
Cada tipo de virus y bacterias tiene diversos grados de infectividad (capacidad de penetración), y sus síntomas, índices de letalidad y rutas de propagación son también diferentes. Cuando se trata de prevenir contagios e impedir la expansión de virus para los que todavía no existe una vacuna, como es el caso de este nuevo coronavirus, es fundamental cortar la ruta de transmisión, es decir, conseguir que el virus no penetre en el organismo y no sea contagiado a otra persona. Es imprescindible cortar los posibles contagios por vía aérea, gotículas procedentes de toses o estornudos y por contacto físico.
3) Nuevas costumbres para detener la infección
Las costumbres básicas para prevenir el contagio son lavarse las manos correctamente y guardar la etiqueta al toser o estornudar. Si, cuando no podemos lavarnos las manos, nos las frotamos con pañuelos o toallitas húmedas (empapadas en alcohol), contribuiremos a mantener más limpios de gérmenes los lugares u objetos que habitualmente toca la gente. También son métodos efectivos reforzar nuestra resistencia inmunológica tomando ciertos alimentos, como los que contienen bacterias butíricas o lactobacterias, así como el cuidado bucal.
4) Conocer los avances técnicos y recabar información fiable
En los últimos tiempos se ha establecido una nueva técnica de prevención de infecciones llamada “desinfección sostenida”. La desinfección convencional por medio del alcohol surte un efecto instantáneo, pero no duradero. Ahora se comercializan productos cuyo poder desinfectante se prolonga a lo largo de días e incluso de meses. También entre los aparatos purificadores de aire y entre los sistemas de ventilación de interiores hay algunos que son efectivos en la eliminación de virus y bacterias.
5) La batalla puede terminar… pero la guerra continúa
Es de temer que cuando se extinga o sea neutralizado el brote, el interés de los japoneses hacia las infecciones decrezca. Pero este verano los Juegos Olímpicos y Paralímpicos atraerán a Tokio a personas de todo el mundo. En el extranjero se desatan epidemias de gripe, dengue, rubéola y otras muchas enfermedades infecciosas que causan grandes estragos, así que la verdadera batalla de la prevención está todavía por librarse.
6) Ojo avizor también ante otros riesgos de contagio
De cara a estos juegos habrá que prestar atención, pues, a otras muchas fuentes de contagio. Si una infección ocurriera simultáneamente a algún desastre natural, como esos terremotos, tifones o inundaciones que vienen desencadenándose prácticamente todos los años, el riesgo de propagación se multiplicaría.
7) Tener siempre a mano los artículos de prevención necesarios
Debemos considerar los riesgos que entrañan estas enfermedades como los procedentes de los desastres naturales y aprovisionarnos de mascarillas, desinfectantes, jabón, productos de higiene bucal, servilletas impregnadas en alcohol y otros artículos efectivos frente a las bacterias. Si ocurre un desastre natural y somos evacuados, esto será especialmente importante en el caso de los ancianos y otras personas especialmente vulnerables en estas situaciones. Pero hay que tener en cuenta que en estos momentos los materiales mencionados escasean en los comercios y será mejor esperar a que la situación se normalice para hacer acopio de ellos.

Kaku Mitsuo, presidente del referido consejo, calificó de “desastre” el brote ocurrido en el interior de un crucero, pero llamó también la atención sobre el hecho, no suficientemente destacado por los medios de comunicación, de que este invierno la gripe ha causado solo en Estados Unidos más de 22 millones de contagios y la cifra provisional de víctimas mortales se sitúa en las 12.000. En Japón el año pasado fallecieron por esta misma causa 3.325 personas. La ciudadanía, concluye el experto, no puede derivar toda la responsabilidad hacia las autoridades y debe estar permanentemente concienciada de todos estos peligros.
Cortesía, www.nippon.com